En un paso importante hacia la sostenibilidad ambiental, la Unión Europea ha alcanzado un acuerdo preliminar para implementar una nueva legislación que busca restaurar la salud del suelo en todo su territorio para el año 2050. El acuerdo fue alcanzado este jueves por representantes del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE, en el marco de la estrategia de contaminación cero impulsada por la Comisión Europea.
La nueva Ley de Vigilancia del Suelo establecerá un sistema armonizado de monitoreo en todos los Estados miembros, utilizando metodologías y criterios comunes para evaluar la condición física, química y biológica de los suelos. Esta medida permitirá obtener datos más precisos y consistentes, lo que facilitará la toma de decisiones y el apoyo técnico a los agricultores.
“Proporcionar mejor información y ayuda más eficaz, evitando nuevas cargas administrativas, es el eje de esta legislación”, señaló Martin Hojsík, eurodiputado eslovaco y ponente del texto.
Según datos de la Comisión Europea, entre el 60% y el 70% de los suelos del continente presentan algún tipo de degradación. Esta situación genera pérdidas ecosistémicas que se estiman en más de 50.000 millones de euros anuales. Frente a este escenario, la nueva normativa busca reforzar programas como LUCAS Soils, que brindará apoyo financiero y técnico personalizado a los países.
Uno de los aspectos clave del acuerdo es que no impone nuevas obligaciones legales a agricultores ni silvicultores, sino que responsabiliza a los Estados miembros de ofrecer herramientas para mejorar la calidad y resiliencia del suelo. Estas herramientas incluyen asesoramiento, formación, programas de investigación y campañas de concienciación sobre los beneficios de proteger este recurso esencial.
Cada país deberá establecer objetivos sostenibles no vinculantes, adaptados a sus condiciones locales y niveles de degradación del suelo. Además, se contempla la elaboración de una lista indicativa de sustancias contaminantes emergentes, como los PFAS y pesticidas, en un plazo de 18 meses tras la entrada en vigor de la ley.
A largo plazo, en un plazo de diez años, los Estados deberán identificar los sitios potencialmente contaminados y tomar medidas para remediar cualquier riesgo que amenace la salud humana o el medio ambiente.
Con esta nueva normativa, la Unión Europea da un paso significativo hacia la protección de uno de los recursos más vitales y a menudo olvidados: el suelo. El texto aún debe ser aprobado formalmente por el Parlamento Europeo y el Consejo para convertirse en ley.